rincones de casa
Soy una persona cambiante, en cuanto a decoración quiero decir. De vez en cuando comienzo a mirar con mala cara una zona de la casa, quizás una esquina, cualquier detalle. Malo, malo. Es la primera señal de que me he aburrido de cómo está, de que no me gusta, de que toca cambio. Desde luego no me merece la pena gastar mucho dinero en pequeñas cosas, viendo el tiempo que tardan en saturarme.
Jamás podría ir a una tienda de interiorismo a que me «cambien el dormitorio» en una tarde. Me espanta la idea. Más aún la de dejarlo en manos de nadie…Siempre acaban siendo impersonales hasta la saciedad…o eso me parece a mi. Yo sóy más de impulsos, obsesiva. Cuando algo es que no, es que no. Esta semana le ha tocado a mi mesilla de noche. En sí me encanta, es el modelo «Componibili» de Kartell en negro, pero no lograba acertar con qué combinarla, qué colocar sobre ella…
Hoy ya he dicho «se acabó» y me he propuesto armonizar el minimalismo de un contenedor cilíndrico de plástico negro con detalles más cálidos, hogareños…
Así que primer paso: os acordáis del post que hicimos sobre las ramas? yo ya me hice con las mías, solamente faltaba darles un toque de pintura….
Segundo paso: hacerme con una de las lecheras pequeñitas que venden en Ikea (la grande estaba fuera de escala por completo…)
Tercer paso: una vela, unas blondas, un recorte de periódico, baker twine…
y mi rincón mágico listo
quizá una foto especial, una ilusión…
Os propongo una cosa. Mirad vuestra casa con otros ojos. Buscad un rincón que no os diga nada y convertidlo en algo especial, agradable, cálido. Y otro día elegid otro. Si llenáis poco a poco vuestra casa de rincones especiales seguro que os gusta más. Y qué mejor que pasar el otoño en un lugar entrañable que lleve vuestro sello?