preparando maletas…o baúles
Ya estamos ultimando preparativos para irnos unos días de vacaciones, que también nos toca! Así que es el momento de sacar maletas, empezar a reducir la lista que teníamos en la cabeza de todo lo que pretendíamos llevarnos y ser prácticos…Yo no sé cómo lo hago, pero siempre consigo que mis maletas ocupen y pesen más de lo previsto.
Cada año me organizo mejor en lo que a ropa se refiere, sobre todo ahora en verano que ocupa la mitad que la ropa de invierno. Pero cuando empiezo a meter «complementos»… esa es mi perdición!
La primera parte es la consistente en la selección de bolsos. La mayoría de la gente se apaña con dos. Yo no (ya os advierto a las que seais ese tipo de personas super prácticas con mini maleta lista en quince minutos que este post no es para vosotras).
Y eso que en verano me resulta sencillo. Carteras de mano y mini bolsos de colgar que ocupan poco y apañan tanto las rutas diarias como los eventos nocturnos. Para los pies lo tengo más fácil aún. Cada vez le doy menos al tacón en verano así que sandalias planas que se meten en cualquier esquina y alguna cuña de esas que pegan con todo. Y si tengo que viajar en avión y pesar la maleta, las cuñas puestas en el viaje, of course!! Soy capaz de volar con taconazo, maxi bolso y cazadora aunque me esté muriendo de calor antes que reducir peso de la maleta dejando algún modelito que seguro segurísimo que voy a echar de menos…Y cuando mi marido me mira como si estuviese loca, … a mentir! el tacón?? pero si éste es comodísimo!además, ir de plano siempre me da dolor de espalda… la cazadora?? es que con el aire acondicionado del avión lo paso fatal… el maxi bolso?? es culpa tuya, si no tuviese que llevar tu libro, tus gafas, …
En los viajes en coche todo cambia. Te puedes permitir pasarte de peso pero no de volumen, que el maletero da lo que da. Así que una vez metida la ropa, bolsos y zapatos, pasamos a la segunda parte de complementos, los abalorios!! Como dice una amiga mia que no usa más que reloj (qué envidia tanta practicidad!), si no fuera tan «folclórica» me simplificaría estos momentos. Ponte a elegir pendientes pequeños, pendientes de colgar, alguno bueno por si las moscas, mucha bisutería, anillos, pulseras mil auqnue parezca la Tablada, colgantes largos, collares cortos…Qué pereza ,pensaréis! Yo pienso lo mismo. Así que ante la duda, toooodo para la maleta.
Y que no se me olvide llevar algo para leer, cargadores de todos los chismes electrónicos, botiquín (como si me fuese a un lugar sin farmacias…), varias gafas de sol, …
Cuando llegamos al momento neceser ya me siento fatal…soy perfectamente consciente de que la maleta no va a cerrar en cuanto empiece a meter secador (no sin mi secador!porque los de los hoteles son una m….), cremas, maquillaje, cepillos, champú y suavizante (nuevamente, como si fuera a irme a un sitio sin supermercados…).
Y si éste sería el momento perfecto para sacar ciertas cosas inútiles, yo siempre me decanto por poner a prueba la resistencia límite de mi maleta. El truco de sentarse encima suele ayudarme a ganar unos centímetros. Y si en el último instante se revienta la cremallera y justo aparece mi marido… siempre me queda echarle la culpa con la excusa de «ha sido por el neceser de las cremas de sol que siempre me toca llevarlo a mi!»
Moraleja. No seáis como yo, os irá mejor si sois más prácticas porque la experiencia me dice cada año que la mitad de las cosas no se usan. Pero, si os pasa como a mi y ya es tarde para vosotras porque nunca cambiaréis (esto se lo dedico también a mi querida madre…), no lo dudéis ni un momento. Echad la culpa a otro!!
Nos vemos mañana con la maleta CASI hecha!
sonando…. The Beatles, Here comes the sun