cuando el día tiene menos horas
Desde que nació Alejandra he tratado de hacer malabares para seguir dedicándome al blog con la misma intensidad con la que lo comencé. Claramente he fracasado en el intento. Pero es que mis días ahora tienen la mitad de horas de lo que tenían antes. Al menos, horas efectivas.
Hay bebés que son tranquilos, que duermen en su cuna, que descansan por la noche, que se entretienen solos…y hay bebés como Alejandra, que es puro nervio, que odia estar sola, que se pone como loca al dejarla en la cuna más de media hora, que no se duerme hasta las mil…
Y ahora una confesión. Me encanta que sea así. Claro que estoy agotada, que me gustaría dormir más por las noches, que necesitaría unas horas del día para mi y mis aficiones (o mis obligaciones!), que me gustaría volver al post diario…pero es que estoy loca por mi niña que es tan viva y tan activa!! Da igual que la noche haya sido terrible, cada mañana Alejandra me regala una sonrisa tan tan bonita que se me olvida que no he dormido.
Y luego está mi segundo momento favorito del día, cuando al salir del baño la envuelvo como un paquetito en su toalla y la abrazo, mojada y calentita y le doy un masaje con su crema que huele de maravilla. Aunque no necesita cremas, ella huele tan bien…Y cuando el masaje se acaba, se enfada. y me lo hace saber. En eso ha salido a mi. Un masaje nunca es suficientemente largo.
Estando embarazada comencé este blog motivada por un millón de cosas que quería hacer con ella. Ahora, prometo que trataré de retomar este proyecto en la medida que pueda porque, me debo a vosotros, que me leéis cada día, pero ahora, principalmente, me debo a Alejandra.
Gracias por estar ahí.
Nuevo post de de rosas y baobabs en un rato.