cambios necesarios, pero dificiles
Suelo ponerme con el ordenador por las noches, cuando la niña se ha dormido y por fin acabamos de cenar, recoger todo, alguna cosa pendiente y un ratito para hablar sobre cómo ha ido el día.
Ayer Alejandra no quería dormir, estaba desvelada. En otras ocasiones trato de forzar este momento para poder hacer mis cosas ya que es el único rato del día en que puedo hacer lo que quiera…Pero ayer me daba igual. No me importaba no poder hacer mi post, mis cosas, dedicar unas horas para mi. Empiezo a ver que el tiempo pasa volando, que hay momentos que se escapan y no quiero perderme ni uno.
Además estaba triste. Hemos comenzado, aunque de manera muy gradual, el paso del pecho al biberón y lo llevo regular. Fui yo la que que propuso el cambio, la que decidió que ya era el momento, pero se me está haciendo duro. No contaba con ello. Con esa sensación de vacío, de frustración…no sé, de lloreras tontas y absurdas, pero inevitables. Primero pensé que era algo personal que no quería compartir con nadie, pero esta mañana pensaba…y si no soy la única? Seguro que hay más gente que le ha invadido un sentimiento similar. Seguro que les gustará saber o leer que no por ello somos bichos raros, que romper ese vínculo cuesta aunque sea el proceso natural de las cosas. Eso ya lo sé.
Así que Alejandra cenó un bibe que le dio su padre. Y yo desterrada en otro cuarto para que no me viese y extrañase su cena habitual…qué mal lo llevé.
Al acabar quise compensarla, y la cogí, jugué con ella, la abracé y no tuve esa prisa habitual para que se durmiera, quería disfrutar más de ella si cabe.
Cada día estoy más convencida de que la necesito yo más a ella que ella a mi.
Voy a disfrutar de mi ratoncín que por las mañanas está para comersela.
Feliz fin de semana. Disfrutad mucho.