soy madre, no tengo tiempo
Antes de tener a la niña pasaba gran parte de mi tiempo libre en la cocina. No soy especialmente buena en nada, pero me entretiene y me relaja. Ahora no sé ni cómo llego a hacer la comida al mediodía. Por más que me organice para hacer cosas rápidas y apañadas, no falla: es meterme en la cocina y Alejandra empieza a gritar,a llorar…a reclamar atención! Así que mis mediodías son una aventura…
Por eso, tengo que recurrir a pequeños trucos que me hacen la vida más fácil. A comida semi-preparada que «disfrazo» para que nuestros mediodías sigan siendo como antes.
Hoy le ha tocado el turno al pato que en casa nos encanta de todas las maneras posibles. Compré una lata con cuatro muslos de pato en confit y aunque sería suficiente con sacarlos y calentarlos, los he preparado así:
Para empezar, he preparado una cama de patatas y manzanas cortadas en láminas muy finas y previamente salteadas en una sartén.
Después hay que sacar de la lata los muslos. Para quienes lo vayáis a hacer por primera vez: Quitadle al pato toda, toda, toda la grasa que podáis. Aún así, seguirá teniendo de más… Los colocáis encima de las patatas y manzanas y al horno unos quince minutos.
El acompañamiento perfecto para el pato son los frutos rojos así que a la hora de servirlo he preparado una base de grosellas, moras y frambuesas que tenía en casa y un poco de una reducción balsámica. Podéis saltearlos, pero a mí me apetecía más el contraste del pato caliente con los frutos fríos y no reblandecidos por el calor.
A comer!! Porque la comida no se echa, se sirve. Y las cosas hechas con cariño, se notan. y mucho.
···patricia···